miércoles, 30 de abril de 2014

¿Cómo se puede cambiar la domiciliación de la nómina? - Asnef.ORG

Con las domiciliaciones de las nóminas o de las pensiones, las entidades financieras se aseguran ingresar una cantidad de dinero de forma continuada.


Este es uno de los motivos por los que promocionan las cuentas nómina, para atraer a nuevos clientes, a los que suelen obsequiar con regalos, ofrecer rentabilidades, suprimir comisiones o facilitar formas de pago.


Pero, para obtener todos estos beneficios, se acostumbra a exigir, además de unos ingresos fijos recurrentes, un tiempo de permanencia. Este puede variar según la entidad y la cuenta de la que se trate. Por ello no siempre es un proceso fácil cambiar de entidad donde se domicilia la nómina.


¿Qué se debe tener en cuenta a la hora de cambiar la domiciliación a otra entidad?


Antes de hacer el cambio es básico asegurarse de los trámites y los costes que estos pueden suponer. Como se recoge en el Plan de Educación Financiera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y del Banco de España, hay que informarse bien, ya que ”muchas entidades ofrecen condiciones tentadoras de gancho a nueva clientela, pero sólo durante un plazo de tiempo inicial”.


Es decir, se tiene que sospesar si todos estos beneficios compensan las vinculaciones que exige la entidad. Un aspecto a tener presente es que se declaran como ingresos en especie los regalos que hacen los bancos y cajas.


Tampoco se debe olvidar que las rentabilidades o descuentos que sirven de reclamo son vigentes solo por unos meses. Además, hay que ver qué productos pide contratar adicionalmente la entidad bancaria.


¿Cómo se hace el cambio?


Aun así, una vez se ha decidido trasladarse de banco o caja, como se especifica en el Plan de Educación Financiera, “la nueva entidad debe ayudarle a realizar los trámites y a comunicar la decisión a la entidad antigua”. De hecho, la mayoría de entidades pide que se rellene un formulario para comunicar a la empresa y a la entidad de origen sobre el cambio.


Cabe destacar que en un principio “puede ser aconsejable no cerrar la cuenta antigua inmediatamente, sino mantenerla con algo de saldo” y de esta forma no sufrir por si llega algún cargo.


Así, después habrá que pasar todos los recibos domiciliados (agua, luz, gas) a la nueva cuenta. Una vez hecho este paso, ya no llegará ningún otro cargo en la cuenta antigua, por eso “conviene cancelar formalmente la cuenta y pedir que le entreguen algún documento que lo acredite”.


Como siguiente paso, y último, es recomendable cancelar la cuenta antigua definitivamente aunque se tenga que pagar una comisión, ya que si se mantiene abierta seguirá generando gastos que resultarán en un saldo deudor y la entidad los podría reclamar.



¿Cómo se puede cambiar la domiciliación de la nómina?

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