Las denuncias sobre impagos del Gobierno asturiano a sus proveedores saltaron ayer al debate nacional. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, entró de lleno en la polémica al advertir del «impacto drástico» que esta situación puede tener sobre el empleo. Gómez, asimismo, cargó contra el nuevo Ejecutivo regional por esgrimir la herencia del anterior para justificar la imposibilidad de tomar medidas. «Es una técnica tan vieja que no merece ser tenida en cuenta», argumentó…
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